Sentado en la nada
Parado en el vacío
Mis pies buscan consuelo
Buscan un piso frío
Inclinando la cabeza hacia el costado
Escucho ruidos
Me pregunto quien podría vivir allí
Me acerco a ver quien vive en el descuido
Un árbol se lamentaba
"Mi tronco y mis ramas"
Gritaba
Y yo le pregunto
Que le acongojaba
Y me responde sin rodeos
"Tu presencia es como el hielo,
No te importa nada más
Que tener asegurada la entrada al cielo.
Escuchas lo que quieres escuchar
Dices lo que necesitas expresar
Ordenas sin pensar
Te guías de adelante para atrás"
Y ya sin paciencia
tiro abajo a ese gran árbol
y sin recurrir a la ciencia
Me doy cuenta
que jamás había escuchado
hablar a un árbol.
Si el hombre se deja guiar solo por lo que cree en su interior, y no escucha su voz interior entonces jamás podrá entender lo que tiene adelante. Nada es lo que parece.
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