Si lloras porque se ha puesto el sol, las lágrimas no te dejerán ver las estrellas

domingo, 28 de noviembre de 2010

El Juego


Saltando de mundo en mundo, recorriendo el universo, me doy cuenta lo insignificante que somos.
Somos solo una pieza de un rompecabezas, que alguien superior arma.
Solo somos un juego, una forma de entretener al niño aburrido, al alma solitaria.
Saliendo de un callejón sin salida, encontramos más peligros, que solo divierten a la Gran Mente.
Será nuestro miedo, nuestra cobardía, lo que hace tan interesante al Juego Humano.
Solo busco las respuestas, pero encuentro más dudas.
Si solo somos lo que somos, entonces debemos jugar nuestro papel en el universo y no tener una visión futurista.
Solitariamente, recorremos nuestras vidas sabiendo que en algún momento, sabremos a que juego jugamos.
Sacando una carta de la galera, el hombre mira para arriba y entiende todo.
Solo en ese momento es demasiado poderoso para el juego, y tiene que ser eliminado.
Si la historia nos ha enseñado algo, es que los momentos se repiten, cuando se vuelve a empezar el juego.
Sabemos el peligro, pero igualmente jugamos al juego, el cual siempre perderemos.


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