Si lloras porque se ha puesto el sol, las lágrimas no te dejerán ver las estrellas

lunes, 29 de noviembre de 2010

Las ramas de la vida

El árbol está orgulloso.
Con sus cientos y cientos de marcas, recuerda la historia de cada uno.
Sus heridas de batalla.
Mira uno y recuerda. 
Los recuerdos, viajeros del tiempo, lo transportan a un pasado donde la vida era más fácil.
Siente la fuerza de la vejez que trata de derribarlo, pero ya se había acostumbrado.
Estira sus ramas, en un afán de tocar el cielo, pero sabe que no podrá. Cuantos momentos, cuando solo era un retoño, quería estirarse y tocar esa celeste superficie.
Mira hacia arriba, esperando que todo lo que el había creído fuera cierto. 
Su madera empieza quebrarse.
Sus hojas se marchitan y caen, en una lluvia de colores sepia.
Ya no habrá más flores en ese viejo árbol.
Entonces cierra sus ojos, invisibles para el hombre.
Una última hoja cae, y choca contra el frío suelo de un invierno devastador.


domingo, 28 de noviembre de 2010

El pájaro y el Cazador

Huye el pájaro del cazador. Vuela lejos, devuelta hacia su casa. 
Escapa de una muerte, de un destino predestinado.
Que iluso el pájaro que cree que puede escapar de las garras del cazador.
Que iluso el cazador al creer que puede cazar a un pájaro de tan lejos.
Mira el cazador hacia arriba midiendo la distancia que lo separa de su presa.
Mira para atrás el pájaro calculando que tan lejos podrá llegar.
Se oye un gruñido del cazador, que tiene que volver a cargar el arma.
Se oye un gruñido del pájaro que siente como su cazador se prepara.
Se escucha un sonido, que corta el aire y lastima los oídos.
El cazador ve como la bala sale disparada hacia el pájaro.
El pájaro ve atrás como su nota de muerte lo va alcanzando.
Entonces el cazador ve con satisfacción como la bala alcanza al pájaro, y este cae rápidamente hacia el suelo.
Entonces el pájaro ve como por poco pudo esquivar el arma mortífera de su cazador.
El cazador se acerca a su presa y ve una alondra muerta en el piso.
El pájaro, un alegre ruiseñor, ve atrás suyo como las garras del águila casi lo agarran.
El cazador mira hacia arriba y ve como un ruiseñor esquiva a un águila. "Esto solo se ve una vez" piensa.
El pájaro mira hacia abajo y ve como un cazador se lleva a una alondra. "Ya no adevertirá más a los amados" piensa.




Las lágrimas de la importancia

Te miras en el espejo y descubres que una lágrima baja por tu mejilla.
La tomas con el dedo, y la miras curioso.
No sabes en que momento empezaste a llorar.
Y entonces empiezan los nervios:
¿Me habrá visto alguien?
¿Que habrán pensado de que iba llorando?
¿Por qué nadie me avisó?
¿Ahora pareceré un loco entre mis amigos?
Pero lo que nunca te preguntas es por que lloraste.

Nada es lo que parece

La Fe

El hombre necesita creer en algo. En eso no hay dudas. 
Necesita saber que hay algo más allá que su mente no llega a comprender.
Necesita aferrarse a la mínima posibilidad, para no sentirse solo.
Necesita tener la esperanza, de que después de todo, algo lo salvará.
Necesita negar a la mente lógica, y guiarse por su fe.
Necesita vencer el miedo de la última jugada.
Si las personas no creyeran en nada, no habría destino para la humanidad.
¿De qué sirve hacer el bien si no se nos va a pagar más tarde?
Entonces, basándonos en que el hombre sin creencias es peligroso, podríamos decir que la fe misma es un negocio, armada para abstener al hombre de sus malos principios.
El humano sabe que hay algo más grande que él, algo que lo juzgará a cualquier hora del día.
Es por eso que el hombre pudo sobrevivir todos estos años.
La fe es un plan, un método de mantener al hombre bajo control.
No dudo de que haya algo más grande que nosotros, y si creo en muchas cosas.
Solo digo que la fe dominada por el hombre es solo un negocio.
La fe guiada por la naturaleza, puede ser lo maravilloso de vivir.
Eso depende de que lado estés.
Yo elijo creer, y elijo creer que ese alguien que nos mira de arriba, nos quiere más allá de todo lo que hagamos, más allá de lo que se interponga, más allá del Sol...

El Juego


Saltando de mundo en mundo, recorriendo el universo, me doy cuenta lo insignificante que somos.
Somos solo una pieza de un rompecabezas, que alguien superior arma.
Solo somos un juego, una forma de entretener al niño aburrido, al alma solitaria.
Saliendo de un callejón sin salida, encontramos más peligros, que solo divierten a la Gran Mente.
Será nuestro miedo, nuestra cobardía, lo que hace tan interesante al Juego Humano.
Solo busco las respuestas, pero encuentro más dudas.
Si solo somos lo que somos, entonces debemos jugar nuestro papel en el universo y no tener una visión futurista.
Solitariamente, recorremos nuestras vidas sabiendo que en algún momento, sabremos a que juego jugamos.
Sacando una carta de la galera, el hombre mira para arriba y entiende todo.
Solo en ese momento es demasiado poderoso para el juego, y tiene que ser eliminado.
Si la historia nos ha enseñado algo, es que los momentos se repiten, cuando se vuelve a empezar el juego.
Sabemos el peligro, pero igualmente jugamos al juego, el cual siempre perderemos.


sábado, 27 de noviembre de 2010

Solo un niño

En el momento en que nadie te toma en serio; en el momento en que te miran y dicen "es solo un niño".
En ese momento me gustaría gritar.
Yo soy más que un niño.
Lo admito soy infantil; me guío por mis instintos, invento juegos, tengo mucha imaginación.
Pero yo soy más que carne y hueso.
Un día me verán por lo que soy, y notarán sus errores.
¿Es entonces una simple revelación lo que necesita la humanidad para dejar en claro la igualdad de géneros?
No hablamos entre mujer o varón, porque en este caso es lo mismo.
Nadie notará nunca a un joven.
Sin embargo todos nos envidian.
¿Quién no quisiera tener 15 años otra vez?
Mientras que el chico quiere ser grande, el grande quiere ser chico.
¿Es esto una debilidad humana, o un simple capricho?
El ser humano quiere lo que no tiene, y si lo tiene lo quiere mejorado.
Es por eso que en este preciso momento yo me pregunto:
¿De verdad quiero que me tomen en serio, o es solo un defecto?
¿No es la sabiduría al mismo tiempo un castigo?
Cuantos sabios han perdido sus vidas por el Descubrimiento.
Entonces entro en otro callejón sin salida:
¿Quiero destacar o confundirme entre la gente?
Entonces es en ese momento, cuando dicen "es solo un niño" cuando yo respondo
"Es solo un adulto".

Mi nombre

En la angustia más espesa
En la soledad más triste
En el medio de la oscuridad
No te olvides de gritar mi nombre
Porque será mi nombre el que nunca olvidarás
Porque será mi nombre el que te acompañe
Porque será mi nombre tu plan B
Porque sera mi nombre tu punto de partida.

Y en el peligro de la aventura
En la situación más complicada
En la mitad de la noche
No te olvides de gritar mi nombre
Porque apareceré cuando lo necesites
Porque apareceré cuando la adversidad gana
Porque apareceré para reconfortarte
Porque apareceré cuando menos lo esperes.

Y aunque no me quieras, pero me necesites
Seguiré siendo ese nombre
Que llevas en el bolsillo
En caso de emergencia
En caso de que olvides
Cuál es tu camino en la vida. 

La ignorancia del hombre

Sentado en la nada
Parado en el vacío
Mis pies buscan consuelo
Buscan un piso frío
Inclinando la cabeza hacia el costado
Escucho ruidos
Me pregunto quien podría vivir allí
Me acerco a ver quien vive en el descuido
Un árbol se lamentaba
"Mi tronco y mis ramas"
Gritaba
Y yo le pregunto
Que le acongojaba
Y me responde sin rodeos
"Tu presencia es como el hielo,
No te importa nada más 
Que tener asegurada la entrada al cielo.
Escuchas lo que quieres escuchar
Dices lo que necesitas expresar
Ordenas sin pensar
Te guías de adelante para atrás"
Y ya sin paciencia
tiro abajo a ese gran árbol
y sin recurrir a la ciencia
Me doy cuenta
que jamás había escuchado
hablar a un árbol.


Si el hombre se deja guiar solo por lo que cree en su interior, y no escucha su voz interior entonces jamás podrá entender lo que tiene adelante. Nada es lo que parece.

Laberinto

Mi vida es un laberinto.
Las partes por donde pasé, ya se como atravesarlas.
Al llegar a las esquinas me asomo de a poco para ver si no hay peligro.
Llega un momento en donde dejo todo y empiezo a correr. Trato de olvidar todo y a todos.
Corro sin parar hasta que tropiezo. Es en ese momento cuando recapacito.
Veo todos mis errores, y me pregunto por que los hice.
Entonces me propongo cambiar, y no hacerlos nunca más.
Es en ese momento cuando veo el final del laberinto, y puedo sentirme libre.
Pero de alguna forma u otra, vuelvo a entrar.
Algunas veces porque extraño la comodidad del laberinto.
Otras veces porque siento que olvide algo importante.
No importa como, cuando vuelve a salir el sol, me encuentro entre las paredes gigantes de mi propio laberinto.
Soy Teseo, y mis pecados son mis minotauros.
Espero a mi Ariadna para que me rescate.

Exactamente en el mismo lugar

Empecé en el principio, como cualquier persona.
Camine hacia adelante, como cualquier persona.
Elegí el camino más seguro, como cualquier persona.
Pero terminé en el mismo lugar, el principio.
Entonces hice lo que cualquier persona hubiera hecho. 
Empecé desde el final, como cualquier persona.
Caminé hacia atrás, como cualquier persona.
Elegí el camino menos recomendable, como cualquier persona.
Pero terminé en el mismo lugar, el final.
Entonces me di cuenta de que no quiero ser cualquier persona.
Quiero que mi vida sea original.
Quiero marcar mi propio destino.
Entonces no empecé de ningún lugar.
Solo caminé a donde mi corazón me dirigía.
Y así llegue a donde estoy en este preciso momento: el principio.
Es el principio de mis propias ideas, de mis decisiones, y de mis opiniones.
Esta vez, es mi principio.