No temo al decir que el hombre se encuentra en una constante desevolución.
Los jóvenes de hoy reflejan una ignorancia que puede ser comparada con la Edad Media. Se dejan guiar por sus vicios y pecados, y no se detienen a escuchar a sus pensamientos.
La imperfección humana se realza en el día de hoy, y lo peor de todo es que esta imperfección es idolatrada.
Necesitamos un nuevo renacimiento, un nuevo comienzo, donde se aplauda a la mente brillante y no al cuerpo.
El hombre se distingue del animal por la capacidad de pensar y poder tener un lenguaje, pero hoy en día ser hombre o animal es lo mismo.
Un grito de ayuda, una mano tendida, un llamado de socorro...